El museo nacional de la construcción en Washington se ha convertido en el curioso hogar de un enorme océano de un millón de burbujas de plástico junto con una playa también de plástico para los visitantes que quieran entrar y vivir una experiencia realmente extravagante.
La playa, diseñada por una compañía de diseño experimental llamada Snarkitecture, tiene una playa blanca inclinada y espejos para expandir el espacio al doble, e incluso hay un puesto privilegiado. Según los organizadores, las burbujas de plástico son reciclables.
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